Blanqueamiento dental, ‘cuestión de matices’

Blanqueamiento dental matices y tonos

El blanquemiento dental, en particular, y la estética dental, en general, son factores importantes que, quienes visitan con regularidad al dentista, tienen en cuenta a la hora de acudir puntualmente a consulta.

Según el último Estudio de Salud Bucodental 2017 de Sanitas, además de las limpiezas dentales (tratamiento anual mayoritario en los españoles), cada vez son más quiénes optan por un blanqueamiento dental (10%) o una reconstrucción (22%). De hecho, un 15% de los encuestados se someterá a un tratamiento estético antes de que finalice este año.

Ciertamente y por lo que vemos en consulta, el blanqueamiento dental es uno de nuestros tratamientos más populares.

¿El motivo? Lucir una sonrisa blanca y bonita dice mucho de nosotros. Tiene un protagonismo absoluto en nuestras interacciones sociales, en nuestra imagen, y en nuestro bienestar físico y emocional.

Ahora bien, hoy en día, conseguir una sonrisa brillante, perfecta y sana no sólo está condicionada por el tono blanco de nuestro esmalte dental. Conlleva tener todas las piezas dentales perfectamente alineadas y contorneadas. Y va a depender de factores como nuestra propia genética, los hábitos de vida, la higiene diaria, y cómo hayamos cuidado nuestra salud general y dental en el pasado.

Blanqueamiento dental ‘peligros’

Por ello, cuidado, con las falsas recomendaciones que se extienden últimamente por redes sociales sobre tratamientos caseros para obtener unos dientes blancos y brillantes.

Muchísima precaución también a la hora de adquirir por Internet productos que ofrecen un blanqueamiento dental sin evidencia científica alguna. Porque, lejos de blanquear tus dientes, puedes dañar tu salud bucodental.

Desconfía, incluso, de los kits de blanqueamiento genéricos y sin diseño de férula individual de venta en farmacias. Porque no dan resultado, al no alcanzar la dentina o capa que está debajo del esmalte y que da el color al diente.

Y, por supuesto, que ni se te ocurra someterte a un blanqueamiento dental ‘low cost’ alguno. Puede llegar a originarte llagas, quemaduras y problemas dentales irreversibles. El gancho de estos tratamientos está, única y exclusivamente, en su menor coste ya que durante su aplicación no se utilizan productos de primera calidad.

Como siempre, nuestra recomendación es que acudas a un odontólogo en el momento que quieras iniciar un tratamiento de blanqueamiento dental. Tu dentista te dirá si es conveniente o no aplicarte el tratamiento, realizará un diagnóstico y estudiará el protocolo personalizado a seguir en tu caso.

De hecho, cada vez son más los estudios y procedimientos que, fruto de un análisis científico, permiten un blanqueamiento dental sin efectos secundarios negativos para la salud bucodental.

Blanqueamiento dental qué es

El blanqueamiento dental es un tratamiento estético que recupera en parte el color natural de los dientes. De hecho, reduce uno o varios tonos su color y devuelve a tu sonrisa su aspecto natural.

¡Ojo! A nosotros nos gusta recalcar que, si bien no se consigue cambiar totalmente el color de los dientes, sí logramos aclarar el matiz dentro de la gama.

Para su aplicación empleamos básicamente dos técnicas o, mejor, la combinación de ambas: la fotoactivación en consulta y/o con férulas en tu domicilio.

El blanqueamiento por fotoactivación se realiza en clínica. Empezamos aplicándote un gel blanqueador usando para ello unas férulas. Después, con una lámpara especial de luz LED conseguimos que el gel absorba la luz y ésta acabe aclarando la superficie de tus dientes.

En la segunda técnica de blanqueamiento dental, empleamos un gel para colocar el principio activo blanqueador sobre tu férula personalizada y previamente diseñada. Se trata de que la lleves durante unas horas y una serie de días consecutivos.

Para tu comodidad, nosotros te aconsejamos que te la pongas por las noches. Aunque puedes aprovechar cualquier momento del día, siempre, por supuesto, después de haberte cepillado los dientes.

Ahora bien, para conseguir blanqueamientos más exitosos nosotros preferimos combinar ambas técnicas. Si la coloración de tus dientes no es muy importante, te pautamos una sesión de tratamiento en clínica y dos semanas de tratamiento en tu domicilio. Cuando la coloración es más intensa, optamos por hacerte varias sesiones en la clínica y aconsejarte que lleves las férulas ‘nocturnas’ durante tres semanas.

Blanqueamiento dental y salud bucodental

A día de hoy, realizamos blanqueamientos dentales en hombres y mujeres de entre 30 y 50 años por igual. Y hemos comprobado que a mayor edad más oscurecidos o amarillentos tenéis los dientes, por lo que el resultado final es mucho más notable que en pacientes muy jóvenes.

El blanqueamiento dental es una tratamiento sencillo y recomendable para todos aquéllos que queráis aclarar el tono de vuestros dientes y que, importante, conservéis una buena salud bucodental. Cualquier patología o demasiados empastes o fundas pueden entorpecer el procedimiento y condicionar los resultados.

Por ello, antes de realizar un blanqueamiento dental llevamos a cabo un diagnóstico personalizado de tu salud bucodental. Tenemos que descartar problemas de higiene y sensibilidad, la existencia de caries y restauraciones antiguas (fundas, empastes, etc.), y enfermedades periodontales como la gingivitis o la periodontitis (piorrea).

También, es muy importante para nosotros determinar la calidad del esmalte y el origen de los cambios cromáticos de tus dientes.

Como ya comentábamos anteriormente, no todas las manchas se pueden quitar. Las más fáciles son las adheridas a la superficie del diente y, generalmente, se puede eliminar totalmente mediante el tratamiento de blanqueamiento, una buena higiene bucodental y evitando en lo posible los agentes colorantes. Sin embargo, existen otras que, al haber  penetrado hasta la capa más interna del diente, es difícil combatirlas con el blanqueamiento.

Blanqueamiento dental, cómo mantenerlo

El blanqueamiento dental no provoca efectos perjudiciales ni para los dientes ni para la salud siempre que esté realizado por un odontólogo experto. El único problema que puede presentarse es que, durante la primera semana después del tratamiento, sientas una mayor sensibilidad dentaria ante estímulos como el calor o el frío.

Ahora bien, para evitar que manches tus dientes, te recomendamos que hasta pasados 9 días lleves una dieta ‘blanca’ (alimentos y líquidos sin colorantes artificiales o azafrán).

Es decir que evites los ‘alimentos con color’ como arroz de paella (con colorante), pastas con salsa de tomate, carnes rojas, pescado azul, kétchup, tomate frito o tinta de calamar, mostaza, zanahorias, brócolis, espinacas, alcachofas, remolachas, cerezas, fresas, moras, frambuesa, granada, sandía, uvas negras, chocolate, cacao, etc.

E igualmente, las bebidas en las que su color pueda influir en un blanqueamiento óptimo como son el vino tinto o rosado, mosto, café solo, té solo, chocolate negro y bebidas carbónicas y de cola.

Durante el primer mes, también, es fundamental que no fumes, ya que se puede dañar el proceso de blanqueamiento y no ser tan efectivo como en personas no fumadoras.

Blanqueamiento dental, ‘sin obsesiones’

Otras medidas, éstas de carácter higiénico que debes seguir para que el blanqueamiento dental sea duradero: Realizar una correcta y escrupulosa higiene bucodental; no utilizar colutorios o pastas dentífricas de color, puesto que contienen extractos y colorantes artificiales; y seguir a rajatabla las pautas posblanqueamiento dental que te indicamos una vez te damos el alta del tratamiento.

Pero, si con el paso del tiempo, quieres y necesitas realizarte un ‘recordatorio’ del blanqueamiento dental, éste no te causará problema alguno.

Y ya para acabar, recuerda que el grado de blanqueamiento está condicionado por el diente. No lo decidimos ni nosotros (el dentista) ni tú (el paciente), por lo que llegar a aclarar 8 tonos como algunos prometen es algo imposible. Un ‘blanco nuclear’ sólo se puede conseguir con carillas o fundas. Así que no te confundan, piénsalo y no te obsesiones por conseguir un blanco flúor en tus dientes (estaríamos ante un problema social conocido como blancorexia).

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