El empaste dental u obturación dental es el procedimiento odontológico empleado para eliminar una caries de un diente, reparar el diente dañado y mantenerlo sano lo máximo posible. Se trata de que las caries no avancen y de que no acabe por verse afectado el nervio del diente lo que obligaría a aplicar un tratamiento de endodoncia o similar.

En primer lugar se limpia, por completo, la cavidad causada por la caries y se elimina toda la zona que está infectada y, posteriormente, se va a rellenar. El hueco que ha quedado tras la limpieza de la caries es el que se utiliza para colocar el relleno.

Seguidamente, se coloca el relleno por capas, se endurece aplicando una luz halógena y se va moldeando para devolver al diente su forma original y recuperar así su funcionalidad. El proceso finaliza puliendo el empaste dental para darle brillo y ajustándolo en base a la prueba de la mordida. De este modo, se ve si hay algo que molesta, procurando que los resultados finales sean los adecuados tanto para la estética como para la parte funcional.

Para un empaste dental, el material más utilizado en la actualidad son las resinas cerámicas o materiales plásticos (composite): Los más utilizados por su estética, ya que imitan la apariencia y el color original de los dientes. Su inconveniente, tienen una duración máxima de 10 años.

El empaste dental está indicado tanto en pequeñas caries como en la reconstrucción de dientes muy dañados (salvo en los dientes frontales desgastados por bruxismo). De ahí que, en ocasiones, se haga necesario un empaste dental provisional con materiales plásticos hasta realizar el definitivo.