20 razones para visitar a tu dentista en 2020

20 razones para visitar a tu dentista en 2020

Una revisión dental es fundamental, tanto en la infancia como en la edad adulta, para mantener una correcta salud bucodental y evitar problemas dentales. Según lo requiera cada paciente, es aconsejable visitar periódicamente al dentista cada seis meses y, como mínimo, una vez al año.

Un buen seguimiento del estado de la cavidad bucal y la salud oral ayuda a solucionar cualquier signo de enfermedad de manera rápida y sencilla. Si por lo contrario rehuimos las revisiones regulares, podría derivar en problemas bucodentales más complejos y costosos, e incluso en la pérdida de piezas dentales. Pero las visitas al dentista también son importantes para aprender hábitos preventivos como una correcta higiene bucodental o para el cambio de dieta.

A continuación te exponemos 20 razones por las que durante 2020 deberías visitar a tu dentista:

1. Considera tu clínica dental como tu centro de prevención de la salud

La revisión dental semestral (o como mínimo anual), permite al dentista descubrir patologías leves que puede tratar y evitar que progresen. Además, en el caso de enfermedades graves, la detección precoz es fundamental para la salud e, incluso, para la vida de los pacientes.
Además de ganar salud, la prevención ahorra a los pacientes el gasto que supone el tener que someterse a tratamientos más complejos. Prevenir es siempre más rentable que tratar una enfermedad, ¿no crees?

2. Cuida tus encías para una buena salud general

Dentistas, cardiólogos, ginecólogos, endocrinólogos y médicos de familia, entre otros especialistas, insisten en la relación de la salud de las encías con la salud general. Y es que las patologías periodontales, más allá de afectar a la salud bucodental, se asocian a enfermedades cardiovasculares, cáncer, enfermedades respiratorias crónicas, diabetes o parto prematuro. Entre los factores de riesgo de las alteraciones de las encías, destacan la diabetes, el consumo excesivo de alcohol o el tabaquismo, que puede triplicarlo. El estrés o los cambios hormonales que se producen en el embarazo o durante la menopausia, los antecedentes familiares, el VIH o tener las defensas bajas son también factores que pueden provocar enfermedad periodontal (gingivitis y periodontitis).

3. Vigila tu alimentación, “somos lo que comemos”

Lleva una dieta sana y equilibrada, reduciendo la ingesta de dulces y azúcares. Su consumo altera los niveles de bacterias presentes en la boca, lo que convierte el azúcar en ácido que desmineraliza el esmalte de los dientes. Los episodios repetidos de ingesta de azúcar durante todo el día aumentan la frecuencia de los ataques ácidos y el riesgo de desarrollar caries dental. La dieta mediterránea es la más recomendada por los nutricionistas y también por los odontólogos, porque se basa en una alimentación variada y equilibrada, rica en frutas y verduras. 

4. Mejora tu higiene bucodental diaria y aprende técnicas de cepillado

Para evitar la aparición de caries y enfermedades periodontales, es necesario cepillarse los dientes después de cada comida. O, como mínimo, dos veces al día. Hay que hacerlo lentamente, con movimientos cortos y elípticos, llegando a las encías y sin olvidar la lengua. Hazlo de atrás hacia adelante para mover las bacterias productoras de mal olor. Un detalle a tener en cuenta es el cepillo. Los profesionales recomendamos renovarlo cada tres meses, puesto que va deteriorándose y desaparece su eficacia. Y otro aspecto a tener en cuenta es emplear la pasta fluorada adecuada a tus necesidades, usar cepillo interdental o seda dental, para llegar a los lugares más recónditos donde se acumula la comida, y colutorios que completan la limpieza. Los colutorios nunca han de sustituir al cepillado.

5. Sométete regularmente a limpiezas profilácticas

Las limpiezas dentales profesionales o profilácticas evitan en gran medida la aparición de posibles dolencias. Ten en cuenta que, por muy riguroso que seas con tu higiene bucodental, la labor que hace tu dentista en la clínica dental es básica para mantener la salud bucodental más óptima. Acude a tu dentista de confianza para que te realice limpiezas dentales profesionales con regularidad. Lo ideal es una vez al año y si tienes algún problema que sea cada seis meses.

6. Embellece el aspecto de tus dientes

¿A quién no le gusta lucir una sonrisa limpia y bonita? Sólo con acudir a tus revisiones puedes tenerla. Tu dentista te asesorará sobre las mejores técnicas de cepillado, te realizará limpiezas que mantendrán tus encías sanas. Te aconsejará sobre ortodoncias e implantes. Y te propondrá, si ambos lo creéis precisos, los últimos tratamientos estéticos dentales como carillas o blanqueamientos dentales. Confía en tu dentista que, además de solucionarte tus problemas dentales, pueden conseguir que luzcas una sonrisa más bella. Mejora tu sonrisa y ríe sin complejos.

7. Controla el estado de tu boca y protege a tu bebé 

Es necesario el control de las enfermedades bucodentales en la mujer embarazada. La inflamación de las encías durante el embarazo puede tener serias consecuencias si no se controla. La enfermedad periodontal da lugar a complicaciones durante el embarazo, pudiendo ocasionar un parto prematuro. Además, conseguir la disminución de las bacterias en la saliva, evita la transmisión de agentes bacteriológicos de la madre al recién nacido. Por su parte, los bebés deben ser vistos, antes de su primer cumpleaños, por el dentista, quien informará a los padres de las medidas a adoptar para evitar la aparición de caries y otras enfermedades orales.

8. Evita a niños y adolescentes tratamientos mayores con diagnósticos precoces

Es fundamental cuidar la salud bucodental de niños y adolescentes. Gracias a la revisiones, el dentista puede prevenir en ellos enfermedades tan comunes como las caries. Lo recomendable es una primera visita al dentista cuando empiezan a salirles los dientes. Algunas enfermedades, como la caries de Biberón, se presentan ya a edades muy tempranas. Además, los dientes de leche tienen el nervio del diente más grande que los definitivos. Una caries más pequeña se extiende rápido, pudiendo provocar infecciones que requerirán tratamientos complejos. También se pueden prevenir inflamaciones de encía por mala higiene, o malas posiciones dentales por hábitos como el uso del chupete o chuparse el dedo. Estas malformaciones pueden causar, a su vez, modificaciones en el paladar y derivar en cambios en el maxilar que pueden provocar incluso problemas respiratorios.

También aconsejamos una primera revisión de ortodoncia a los 6 años y no más tarde de los 7, durante la edad de crecimiento. Ya que puede ayudar a corregir y guiar el desarrollo del maxilar y la mandíbula del niño. Mejorando así sustancialmente su calidad de vida. Evitándole problemas de autoestima e, incluso, una posible cirugía en la edad adulta. En el momento que finaliza la erupción de los dientes definitivos y su etapa de crecimiento, se puede considerar que dejan de ser niños. Según el PADI (Programa de Asistencia Dental Infantil), entre los 7 y 15 años, los niños inician, desarrollan y completan el proceso de cambio a su dentición de adulto. Si en estos primeros años no desarrollan caries, su salud dental y general será mejor el resto de su vida. Es importantísimo que niños y adolescentes visiten al dentista, al menos una vez al año, aunque creamos que no tienen caries.

9. Crea hábitos bucosaludables en los más pequeños

Es habitual que niños y adolescentes sientan cierto temor ante la idea de visitar al dentista. Por ello, resulta conveniente habituarles desde edades tempranas asistir a la consulta del dentista. Las revisiones periódicas ayudan a que el niño se vaya familiarizando y pierda el miedo al dentista que padecen muchos adultos. La revisión dental en la infancia es también importante porque enseñamos a padres y madres a cuidar la salud bucodental de sus hijos. Así, para mantener la boca sana desde edades tempranas, el dentista instruye a los progenitores a cuidar la alimentación de sus hijos, evitando el abuso de azúcares. Y también les indica cómo realizar una correcta limpieza dental, ya que ellos mismos no lo suelen hacer bien y necesitan repasos en el cepillado.

10. Adelántate a los efectos de la menopausia y recupera tu sonrisa

Las sociedades españolas de Periodoncia y de Ginecología recomiendan las revisiones dentales periódicas durante la menopausia. Durante este periodo de vida de la mujer, se reducen los niveles de estrógenos (hormonas con efecto antiinflamatorio en la encía). Esto produce alteraciones en los tejidos de la boca, una menor secreción y cambios en la composición bioquímica de la saliva, así como desórdenes en la flora bucal. Por no hablar de pérdida de hueso, recesión gingival, debilitamiento del esmalte, etc.

11. Gana calidad de vida con la detección del bruxismo y de la apnea del sueño

El bruxismo y la apnea obstructiva del sueño pueden asociarse al desgaste dental (94% de los casos) y al tamaño de la vía aérea o a alteraciones anatómicas, respectivamente, causantes estas últimas de síntomas como ronquidos, apneas e hipopneas del sueño, cansancio, somnolencia diurna o hipertensión arterial. El dentista es el profesional de la salud que, a menudo, detecta los primeros signos de estas patologías, cuyo tratamiento puede abordarse en la consulta dental, previo diagnóstico definitivo, en el caso de la apnea, en la unidad del sueño correspondiente, de modo que pueda evitarse el que afecten seriamente a la salud y a la calidad de vida de los pacientes.

12. Corrige el desajuste oclusal y prevén el dolor de mandíbula, oído, cabeza y cervicales

La patología de la articulación temporomandibular (ATM) presenta una elevada prevalencia (20-40% de la población). El trastorno de la ATM afecta a las articulaciones y músculos de la masticación, y se manifiesta con síntomas como limitación de apertura o cierre de la boca o ruidos en la ATM (chasquidos, clics, crepitaciones), molestias o dolor en regiones cercanas al oído o la mandíbula y, en ocasiones, dolores de cabeza y cervicales. El dentista, al corregir el desajuste oclusal, evita que el dolor vuelva a producirse.

13. Reduce riesgos innecesarios en tus dientes y en tus implantes

Con revisiones, una correcta higiene y cuidados diarios, tus dientes e implantes siempre deben de mantenerse sanos, fuertes y saludables. De esta manera, tu dentista te garantizará un tratamiento seguro y eficaz para que puedas disfrutar de todas las ventajas de los implantes dentales tanto en salud bucodental como en estética. A saber: 

  • Mejora de la función dental y de la comodidad sin necesidad de tocar los dientes naturales, lo que permite al paciente realizar actos cotidianos como hablar, masticar y sonreír con plena normalidad.
  • Mejora tu apariencia y confianza.
  • Devuelven la función y estética de una forma fija y fiable, de forma unitaria o reponiendo una arcada completa.
  • A diferencia de los puentes dentales, los implantes no necesitan tallado o reducción de los dientes adyacentes.
  • Se disminuye las sobrecargas de las piezas dentales restantes evitando problemas en los dientes vecinos.
  • Se gana en estética, ya que las prótesis que están fijadas sobre los implantes deben imitar la naturaleza de los dientes vecinos con la misma forma, color y tamaño. El resultado final debe de ser totalmente natural.

14. No lo pagues con tu boca si estás estresado

Si bien los grandes enemigos de los dientes son el tabaco y el alcohol. Igualmente, el estrés se ha comprobado que afecta a la salud bucodental. En el estrés puede estar en el origen de la enfermedad más frecuente entre los adultos, la periodontitis o infección e inflamación de los tejidos de las encías. Así mismo, el estrés se manifiesta en muchos casos en forma de bruxismo, una enfermedad que consiste en rechinar o apretar los dientes involuntariamente, sobre todo, ocurre mientras se duerme.

15. Deja el tabaco con ayuda de tu dentista y si fumas vigila tu boca

Tu dentista puede ayudarte en tu decisión de dejar de fumar, detectar los efectos perjudiciales del tabaco, y ayudarte a combatirlos. Es el profesional sanitario que mejor puede diagnosticar las lesiones malignas y premalignas de la cavidad oral. El tabaco es responsable de casi la mitad de todas las enfermedades periodontales y del 80% de los casos de cáncer oral.

16. Salva tu vida con la detección precoz del cáncer oral

El cáncer oral se encuentra entre los 10 cánceres más frecuentes. Cada año se detectan más de 500.000 nuevos casos. Las visitas regulares al dentista pueden ayudar a detectar el cáncer oral de forma precoz. Recuerda que estos son los factores de riesgo más importantes: tabaco, alcohol, virus de papiloma, luz solar y dieta.

17. Evita el mal aliento

Pocas cosas tienen más fácil solución que el mal aliento, también conocido como halitosis. Causado en más del 90% de las ocasiones por un mal estado de la higiene oral, caries, enfermedad periodontal son las más frecuentes. Nosotros sabemos cómo controlar la halitosis. Tu aliento es tu mejor arma en las distancias cortas.

18. Mantén en forma tu boca si eres deportista

La práctica inadecuada del deporte puede ocasionar fracturas, tanto dentarias como de los maxilares. El abuso de bebidas energéticas, ricas en azucares y ácidas, puede originar una erosión del esmalte y facilitar la aparición de caries. El esfuerzo físico origina boca seca. Y finalmente, algunos deportistas tienen tendencia a ser ‘apretadores dentales’ con el subsiguiente riesgo de fracturas y problemas de oclusión. Por otra parte, una inadecuada salud bucodental conlleva riesgos para el deportista. Una maloclusión puede ser el origen de determinados problemas posturales que afectan al rendimiento deportivo. Determinadas tendinitis y mialgias tienen su origen en infecciones bucodentales. Una muela de juicio retenida puede originar una fractura mandibular en algunos deportes de contacto. Si practicas deporte de manera continua, usa protectores y visita a tu dentista periódicamente si notas una bajada en tu rendimiento.

19. Recupera la humedad de la boca resecada por el uso de medicamentos en la tercera edad

La boca seca o xerostomía puede estar provocada por algunos trastornos de salud y, con frecuencia, es un efecto secundario de la toma continuada de medicamentosa, sobre todo, en la tercera edad. Si no se trata, la boca seca puede dañar tus dientes. Sin la saliva adecuada para lubricar tu boca, eliminar los alimentos y neutralizar los ácidos producidos por la placa, puede producirse caries extensiva. La sequedad irrita los tejidos blandos en la boca, lo cual puede inflamarlos y hacerlos más susceptibles a infección. Sin los efectos de limpieza de la saliva, la caries dental y otros problemas de salud oral se vuelven más comunes. Tu dentista puede recomendarte varios métodos para renovar la humedad. Los dulces o los chicles sin azúcar estimulan el flujo salival. Igualmente, la humedad puede ser reemplazada utilizando saliva artificial o enjuagues bucales.

20. Haz caso a las señales que te envía tu cuerpo

Probablemente, el dolor dental sea uno de los más intensos y molestos que puede sufrir el ser humano. Se produce dolor en los dientes cuando hay un problema en las terminaciones nerviosas ubicadas en la pulpa del diente. Pero el dolor no sólo aparece en los dientes, ya que también las encías, la lengua, los tejidos blandos, los huesos maxilares, etc., son susceptibles de enfermar provocando dolor.

  • Las caries producen dolor.
  • La sensibilidad dental produce dolor.
  • Un diente roto produce dolor.
  • El bruxismo produce dolor.
  • Las muelas del juicio producen dolor.
  • Los flemones producen dolor.
  • Las enfermedades periodontales producen dolor. Si bien pueden no presentan dolor continuo, llegando incluso en ocasiones a desparecer sin que la patología se haya erradicado.

Si en algún momento sientes dolor acude inmediatamente a tu dentista, porque hay algún problema que se debe tratar cuanto antes.

Hasta aquí nuestras 20 razones por las que te aconsejamos visitar a tu dentista durante 2020. Recuerda, llevar a cabo revisiones semestrales o anuales te puede evitar el desarrollo de molestias y dolores que desemboquen en problemas bucodentales mayores y en la pérdida de piezas dentales.

¡Visita a tu dentista cada seis meses y, como mínimo, una vez al año!

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